COMUNIDAD

Padre,
hoy quiero pedirte 
por mis hermanos de comunidad.
Tú los conoces personalmente:
conoces su nombre y su apellido,
sus virtudes y sus defectos,
sus alegrías y sus penas,
su fortaleza y su debilidad,
sabes toda su historia;
los aceptas como son 
y los vivificas con tu Espíritu.
Tú, Señor, los amas,
no porque sean buenos,
sino porque son hijos tuyos.
Enséñame a quererlos de verdad,
a imitación de Jesucristo,
no por sus palabras o por sus obras
sino por ellos mismos,
descubriendo en cada uno,
especialmente en los más débiles,
el misterio de tu amor infinito.
Te doy gracias, Padre,
porque me has dado hermanos.
Todos son un regalo para mí,
un verdadero "sacramento",
signo sensible y eficaz
de la presencia de tu Hijo.
Dame la mirada de Jesús
para contemplarlos,
y dame su corazón 
para amarlos hasta el extremo;
porque también yo quiero ser,
para cada uno de ellos,
sacramento vivo de la presencia de Jesús


Decir comunidad
Decir comunidad es decir camino compartido,
multitud de manos que se unen
para, entre todos, hacer la marcha más liviana,
abrazo de miradas que se buscan
para buscar, unidas, la mirada
de Aquel que por nosotros dio la vida.
Es compartir, la vida entrelazada,
es reunir bajo las mismas esperanzas
las diferencias, que así, no nos separan.
Decir comunidad es hablar de proyecto común,
sueños compartidos, caminos acompañado.
Es pensar en el otro y en lo mejor para el otro
y pensar, juntos, en lo mejor de nosotros
para todos los otros. 
Decir comunidad es darse fuerzas entre todos.
Es alentarse con la palmada al hombro,
es corregirse sin miedo a los enojos.
Es animarse a crecer juntos poco a poco.
Decir comunidad es hablar de apertura y
entrega, servicio a los demás,
aprender a brindarse, generosos.
Es compartir la vida de Dios fuente de vida, de esperanza y amor. 
Decir comunidad es común-unidad 
de criterios verdaderos (los del Evangelio) 
de opciones valientes (las de Jesús) 
de desafíos audaces (los del Reino en marcha)
Decir comunidad es el encuentro de muchos
que animados y alentados por el Espíritu,
buscan clamar a Dios, ¡Abba!
Aqui estamos Señor unidos y en camino
para hacer crecer tu Reino donde pidas. AMÉN.


me llamas a la COMUNIDAD

Señor, para anunciar tu Evangelio
elegiste una comunidad de hermanos y hermanas,
hoy tú me llamas a vivir en comunidad.
Y quieres que edifique la comunidad.
Me quieres en comunión con los otros,
no para estar mejor, ni ser más fuerte,
sino para que sea yo mismo.
La comunidad es fuerte si espera.
La comunidad es verdadera si ama.
La comunidad es santa si cada uno es santo.
Ser comunidad es existir para los demás.
Es encontrarse con los otros.
Es rezar con ellos.
Es dar muestras de la propia esperanza.
Sólo así podremos acercarnos
a los que no recibieron la fe
y ponerlos en tus manos. 
Y hacer ver que lo que anunciamos 
ya lo realizamos, porque vivimos
gente muy distinta y diversa
el mandamiento nuevo de tu Amor, 
del amor de unos a otros sin reservas.
Concédenos ser personas de comunidad y comunión,
aquí en la tierra y 
miembros de la comunidad eterna del cielo. Amén