MUJER IGLESIA

VATICANO, 02 Agosto de 2016. COMISIÓN VATICANA PARA EL DIACONADO FEMENINO
Cumpliendo con su promesa del 12 de mayo de analizar el papel de las diaconisas en los primeros años de la Iglesia, la Santa Sede informó este martes que el Papa Francisco ha decidido crear una comisión de estudio “sobre el diaconado de las mujeres”, que será presidida por el Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer.
“Después de intensa oración y de madura reflexión, Su Santidad ha decidido instituir la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las mujeres”, informó el Vaticano.
El pasado 12 de mayo, durante el encuentro con las participantes de la Asamblea Plenaria de las Superioras Generales (UISG), se le preguntó al Pontífice qué impedía a la Iglesia “incluir mujeres entre los diáconos permanentes, al igual que ocurría en la Iglesia primitiva” y por qué “no crear una comisión oficial que pueda estudiar el tema”.
Sin embargo, añadió que “también me gustaría establecer una comisión oficial que pueda estudiar el tema: creo que hará bien a la Iglesia aclarar este punto”, sobre todo en lo que respecta a los primeros tiempos de la Iglesia.
En ese sentido, aparte de Mons. Ladaria Ferrer, la comisión estará formada también por Sor Nuria Calduch-Benages, Miembro de la Pontificia Comisión Bíblica; Francesca Cocchini, Docente en la Universidad “La Sapienza” y el Instituto Patrístico “Augustinianum” de Roma; Mons. Piero Coda, Presidente del Instituto Universitario “Sophia”, Loppiano, y Miembro de la Comisión Teológica Internacional; el P. Robert Dodaro, Presidente del Instituto Patrístico “Augustinianum” de Roma, y Docente di patrología.




27 Tiempo ordinario (B) Marcos 10,1-12
CONTRA EL PODER DEL VARÓNJOSÉ ANTONIO PAGOLA

SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
ECLESALIA, 03/10/12.- Los fariseos plantean a Jesús una pregunta para ponerlo a prueba. Esta vez no es una cuestión sin importancia, sino un hecho que hace sufrir mucho a las mujeres de Galilea y es motivo de vivas discusiones entre los seguidores de diversas escuelas rabínicas: "¿Le es lícito al varón divorciarse de su mujer?".
No se trata del divorcio moderno que conocemos hoy, sino de la situación en que vivía la mujer judía dentro del matrimonio, controlado por el varón. Según la ley de Moisés, el marido podía romper el contrato matrimonial y expulsar de casa a su esposa. La mujer, por el contrario, sometida en todo al varón, no podía hacer lo mismo.
La respuesta de Jesús sorprende a todos. No entra en las discusiones de los rabinos. Invita a descubrir el proyecto original de Dios, que está por encima de leyes y normas. Esta ley "machista", en concreto, se ha impuesto en el pueblo judío por la "dureza de corazón" de los varones que controlan a las mujeres y las someten a su voluntad.
Jesús ahonda en el misterio original del ser humano. Dios "los ha creado varón y mujer". Los dos han sido creados en igualdad. Dios no ha creado al varón con poder sobre la mujer. No ha creado a la mujer sometida al varón. Entre varones y mujeres no ha de haber dominación por parte de nadie.
Desde esta estructura original del ser humano, Jesús ofrece una visión del matrimonio que va más allá de todo lo establecido por la "dureza de corazón" de los varones. Mujeres y varones se unirán para "ser una sola carne" e iniciar una vida compartida en la mutua entrega sin imposición ni sumisión.
Este proyecto matrimonial es para Jesús la suprema expresión del amor humano. El varón no tiene derecho alguno a controlar a la mujer como si fuera su dueño. La mujer no ha de aceptar vivir sometida al varón. Es Dios mismo quien los atrae a vivir unidos por un amor libre y gratuito. Jesús concluye de manera rotunda: "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el varón".
Con esta posición, Jesús esta destruyendo de raíz el fundamento del patriarcado bajo todas sus formas de control, sometimiento e imposición del varón sobre la mujer. No solo en el matrimonio sino en cualquier institución civil o religiosa.
Hemos de escuchar el mensaje de Jesús. No es posible abrir caminos al reino de Dios y su justicia sin luchar activamente contra el patriarcado. ¿Cuándo reaccionaremos en la Iglesia con energía evangélica contra tanto abuso, violencia y agresión del varón sobre la mujer? ¿Cuándo defenderemos a la mujer de la "dureza de corazón" de los varones? (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
CONTRA O PODER DO HOMEM
José Antonio Pagola. Tradução: Antonio Manuel Álvarez Pérez
Os fariseus colocam a Jesus uma pregunta para por à prova. Desta vez não é uma questão sem importância, mas um facto que faz sofrer muito as mulheres da Galileia e é motivo de vivas discussões entre os seguidores de diversas escolas rabínicas: "É lícito ao homem divorciar-se da sua mulher?".
Não se trata do divórcio moderno que conhecemos hoje, mas da situação em que vivia a mulher judia dentro do matrimónio, controlado pelo homem. Segundo a lei de Moisés, o marido podia quebrar o contrato matrimonial e expulsar de casa a sua esposa. A mulher, pelo contrário, submetida em tudo ao homem, não podia fazer o mesmo.
A resposta de Jesus surpreende a todos. Não entra nas discussões dos rabinos. Convida a descobrir o projeto original de Deus, que está por cima das leis e normas. Esta lei "machista", em concreto, foi imposta ao povo judeu pela "dureza de coração" dos homens que controlam as mulheres e as submetem à sua vontade.
Jesus aprofunda o mistério original do ser humano. Deus "criou homem e mulher". Os dois foram criados em igualdade. Deus não criou o homem com poder sobre a mulher. Não criou a mulher submetida ao homem. Entre homens e mulheres não deve haver dominação por parte de ninguém.
Desde esta estrutura original do ser humano, Jesus oferece uma visão do matrimónio que via mais para lá de tudo o estabelecido pela "dureza de coração" dos homens. Mulheres e homens uniram-se para "ser uma só carne" e iniciar uma vida partilhada na mútua entrega sem imposição nem submissão.
Este projeto matrimonial é para Jesus a suprema expressão do amor humano. O homem não tem direito algum de controlar a mulher como se fosse dono. A mulher não aceitou viver submetida ao homem. É Deus mesmo quem os atrai a viver unidos por um amor livre e gratuito. Jesus conclui de forma rotunda: "O que Deus uniu que não o separe o homem".
Com esta posição, Jesus destrói na raiz o fundamento do sistema patriarcal sob todas as suas formas de controlo, submissão e imposição do homem sobre a mulher. Não só no matrimónio mas em qualquer instituição civil ou religiosa.
Temos de escutar a mensagem de Jesus. Não é possível abrir caminhos para o reino de Deus e da Sua justiça sem lutar ativamente contra o sistema patriarcal. Quando iremos reagir na Igreja com energia evangélica contra tanto abuso, violência e agressão do homem sobre a mulher? Quando iremos defender a mulher da "dureza de coração" dos homens?
CONTR0 IL POTERE DEL MASCHIO
José Antonio Pagola. Traduzione: Mercedes Cerezo
I farisei pongono a Gesù una domanda per metterlo alla prova. Questa volta non è una questione senza importanza, ma un fatto che fa soffrire molto le donne di Galilea ed è motivo di discussioni vivaci tra i seguaci delle diverse scuole rabbiniche: È lecito ad un marito ripudiare la propria moglie?
Non si tratta del divorzio moderno che conosciamo oggi, ma della situazione nella quale viveva la donna ebrea nel matrimonio, controllato dal maschio. Secondo la legge di Mosè, il marito poteva rompere il contratto matrimoniale e cacciare di casa la sua sposa. La donna, al contrario, sottomessa in tutto al maschio, non poteva fare lo stesso.
La risposta di Gesù sorprende tutti. Non entra nelle discussioni dei rabbini. Invita a scoprire il progetto originale di Dio, che sta al di sopra di leggi e norme. Questa legge “maschilista”, in concreto, si è imposta nel popolo ebreo per la durezza di cuore dei maschi che controllano le donne e le sottomettono alla loro volontà.
Gesù approfondisce il mistero originale dell’essere umano. Dio li creò maschio e femmina. I due sono stati creati in uguaglianza. Dio non ha creato il maschio con potere sulla donna. Non ha creato la donna sottomessa al maschio. Fra maschio e femmina non deve esserci dominazione da parte di nessuno.
A partire da questa struttura originale dell’essere umano, Gesù offre una visione del matrimonio che va al di là di tutto quanto è stato stabilito per la durezza di cuore dei maschi. Donne e uomini si uniranno per essere una sola carne e iniziare una vita condivisa nella consegna reciproca senza imposizione né sottomissione.
Questo progetto matrimoniale è per Gesù la suprema espressione dell’amore umano. Il maschio non ha alcun diritto a controllare la donna come se fosse suo padrone. La donna non deve accettare di vivere sottomessa all’uomo. È Dio stesso che li attrae a vivere uniti per un amore libero e gratuito. Gesù conclude in modo chiaro: L’uomo non separi ciò che Dio ha congiunto.
Con questa posizione, Gesù sta distruggendo alla radice il fondamento del patriarcato in tutte le sue forme di controllo, sottomissione e imposizione dell’uomo sulla donna. Non solo nel matrimonio, ma in qualsiasi istituzione civile o religiosa.
Dobbiamo ascoltare il messaggio di Gesù. Non è possibile aprire strade al Regno di Dio e alla sua giustizia senza lottare attivamente contro il patriarcato. Quando nella Chiesa reagiremo con energia evangelica contro ogni abuso, violenza e aggressione dell’uomo sulla donna? Quando difenderemo la donna dalla durezza di cuore degli uomini?
CONTRE LA DOMINATION DE L’HOMME SUR LA FEMME
José Antonio Pagola, Traducteur: Carlos Orduna, csv
Les pharisiens posent à Jésus une question pour le mettre à l’épreuve. Cette fois-ci, il ne s’agit pas d’une question anodine mais d’un fait qui fait beaucoup souffrir les femmes de Galilée et qui est motif de vives discussions entre les disciples de différentes écoles rabbiniques : « Est-il permis à l’homme de renvoyer sa femme ? »
Il ne s’agit pas du divorce moderne tel que nous le connaissons aujourd’hui mais de la situation vécue par la femme juive à l’intérieur du couple, contrôlé par l’homme. D’après la loi de Moïse, le mari pouvait rompre le contrat matrimonial et expulser sa femme de la maison. La femme, par contre, soumise en tout à l’homme, ne pouvait pas faire la même chose.
La réponse de Jésus surprend tout le monde. Il n’entre pas dans les discussions des rabbins. Il invite à découvrir le projet original de Dieu qui dépasse les normes et les lois. Cette loi « machiste », concrètement, s’est imposée au peuple juif à cause de la « dureté de cœur » des hommes qui contrôlent les femmes et les soumettent à leur volonté.
Jésus approfondit le mystère original de l’être humain. Dieu « les a faits homme et femme ». Tous les deux ont été créés égaux. Dieu n’a pas créé l’homme avec un pouvoir sur la femme. Il n’a pas créé la femme soumise à l’homme. Entre hommes et femmes il ne doit exister aucun pouvoir de domination.
A partir de cette structure originaire de l’être humain, Jésus offre une vision du mariage qui dépasse tout ce qui est établi à cause de la « dureté de cœur » des hommes. Femmes et hommes s’uniront pour « devenir une seule chair » et entamer une vie partagée dans un don mutuel sans imposition et sans soumission.
Ce projet matrimonial est pour Jésus la plus grande expression de l’amour humain. L’homme n’a aucun droit à contrôler sa femme comme s’il en était le maître. La femme ne doit pas accepter de vivre soumise à l’homme. C’est Dieu lui-même, qui les attire pour qu’ils vivent unis par un amour libre et gratuit. Jésus conclut d’une manière tranchante : « Ce que Dieu a uni, que l’homme ne le sépare pas ».
Avec cette position, Jésus détruit à la racine le fondement du patriarcat sous toutes ses formes de contrôle, de soumission et d’imposition de l’homme sur la femme. Non seulement dans le mariage mais aussi dans toute institution civile ou religieuse.
Nous devons écouter le message de Jésus. Il n’est pas possible de tracer un chemin vers le royaume de Dieu et sa justice sans lutter activement contre le patriarcat. Quand réagirons-nous dans l’Eglise avec une énergie évangélique contre tant d’abus, de violence et d’agression de l’homme à l’égard de la femme ? Quand allons-nous défendre la femme de la « dureté de cœur » des hommes ?
EQUAL IN GOD’S CREATION
José Antonio Pagola. Translator: José Antonio Arroyo
The Pharisees asked Jesus a question, once again, to test him. They chose a very important issue that most women in Galilee had to face at the time and suffer its consequences: “Is it against the Law for a man to divorce his wife?” There were various opinions at the time, depending on the various schools of thought.
The issue was not exactly what today is known by the name of divorce.
Rather it involved the complex situation in which a married woman lived under the complete control of the man. According to the Law of Moses, the man could break up the marriage contract for any reason whatsoever and expel his wife from the house. The woman, on the other hand, was absolutely under the control of the man and could not exercise any freedom or power.
The answer that Jesus gave to their question surprised everyone. He did not enter into any issue of the various schools of thought. He simply invited everyone to consider God’s original plans which were above all schools and human laws. It was because people had become uncontrollable and “sexist” that such laws had been brought upon by men because of their harshness of heart: they had tried to control their women depriving them of their rights.
Jesus, then, went a little further to explain the mystery of God’s creation of man and woman. “God made them male and female.” Both were created equal. God did not give any special power to man over the woman. God had not created woman in any way subject to man. There is no superiority of one sex over the other.
It was from this original human structure that Jesus offered a vision of the human marriage that goes beyond what had been established by the harshness of heart of those men at the time. Men and women “must become one body” and start a new life, united and sharing everything without domination of anyone over the other.
This marriage project, according to Jesus, is the ultimate expression of human love. The male has no right whatsoever to control the female as if he were the sole owner. The woman, on the other hand, is not simply expected to become subject to the man. God, in fact, is the one who offers them the opportunity to live together in a free and gratuitous union. And so Jesus concluded with a very solemn statement: “They are no longer two, but one body. So then, what God has united, man must not divide.”
With such clear statement, Jesus was aiming at the very roots of the “patriarchal system”, in all its various forms that had been used to impose the control of women by the men at the time. This control, of course, existed not only in marriage, but also in other civil and religious institutions.
We ought to listen carefully to Jesus’ message. We will never be able to show the right ways to God’s kingdom and justice without actively giving up all forms of patriarchal control. When are we going to confront within the Church with full energy any form of abuse, violence or aggression of man over woman? Are we ready to defend women from any kind of “harshness” from men?
GIZONEZKOAREN BOTEREAREN AURKA
José Antonio Pagola. Itzultzailea: Dionisio Amundarain
Fariseuek galdera bat egin diote Jesusi, probatzeko. Oraingo honetan ez da garrantzirik gabea. Galileako emakumeei asko sufriarazten dien gertaera da, eta lege-maisuen eskola desberdinen jarraitzaileen artean eztabaida biziak eragiten dituena: «Zilegi al du senarrak andreari dibortzioa ematea?»
Kontua ez da gaur egun ezagutzen dugun dibortzioa, baizik gizonezkoak kontrolatu ohi zuen ezkontza barruko emakume juduak bizi ohi zuen egoera. Moisesen legearen arabera, senarrak hautsi zezakeen ezkontza-hitzarmena, andrea etxetik ateraraziz. Andreak, aldiz, orotan senarraren mendeko, ezin egin zuen halakorik.
Guztiak harritu dira Jesusen erantzunaz. Jesus ez da sartu lege-maisuen eztabaiden munduan. Jainkoaren hasierako egitasmoa bilatzera gonbidatu ditu, lege eta arau guztien gainetik dagoen hura bilatzera. Lege «matxista» hau, zehazki, gizonezkoen «bihotz-gogorkeriagatik» sartu da judu-herrian, haiek kontrolatzen baitituzte emakumeak eta mendean hartzen.
Gizakiaren jatorrizko misterioan sakondu nahi du Jesusek. «Gizon eta emakume» kreatu ditu Jainkoak. Elkarren pareko kreatu ditu biak. Ez du kreatu gizonezkoa andrearen gain boterea emanez. Ez du kreatu emakumea gizonezkoaren mendeko. Gizon-emakumeen artean ez da eman behar bietako inoren mendetasunik.
Gizakiaren jatorrizko egitura honetan oinarrituz, gizonezkoen «bihotz-gogorkeriak» ezarria duen oro baino harago doan ikusmoldea agertu du Jesusek ezkontzaz. Emakumea eta gizonezkoa «haragi bakarra izateko» elkartuko dira, bizitza partekatu bat hasteko bataren eta bestearen buru-eskaintzaz, ezarpenik eta mendetasunik gabe.
Giza maitasunaren goreneko adierazpena da Jesusentzat ezkontza-egitasmo hau. Gizonezkoak ez du inolako eskubiderik emaztea kontrolatzeko, haren jabe izango balitz bezala. Emakumeak ezin onartu du bere burua senarraren mendeko. Jainkoak berak erakartzen ditu elkarrekin bizitzera maitasun aske eta doakoaz. Biribilki konkluditu du Jesusek: «Jainkoa batu duena, ez dezala bereizi gizonezkoak».
Jarrera honekin, errotik suntsitu du Jesusek patriarkatuaren oinarria, molde guztietakoa: gizonezkoak emakumearen gain kontrola, mendetasuna eta ezarpena izatearena. Ez ezkontzan soilik, baita beste edozein erakunde herritar edo erlijiosotan.
Jesusen mezua entzun beharra dugu. Ezin irekitzen ahal diegu biderik Jainkoaren erreinuari eta hartako zuzentasunari, patriarkatuaren aurka aktiboki borroka egin gabe. Noiz erreakzionatu behar dugu Elizan, indar ebanjelikoaz, gizonezkoak emakumearen kontra ari duen horrenbesteko abusu, indarkeria eta oldarraren kontra? Noiz ekin behar diogu emakumea defendatzeari gizonezkoaren «bihotz-gogorkeriaren» kontra?
CONTRA EL PODER DEL VARÓ
José Antonio Pagola.Traductor:Francesc Bragulat
Els fariseus plantegen a Jesús una pregunta per provar-lo. Aquesta vegada no és una qüestió sense importància, sinó un fet que fa patir molt les dones de Galilea i és motiu de vives discussions entre els seguidors de diverses escoles rabíniques: "És permès a un home de divorciar-se de la seva dona?".
No es tracta del divorci modern que coneixem avui, sinó de la situació en què vivia la dona jueva dins del matrimoni, controlat per l'home. Segons la llei de Moisès, el marit podia trencar el contracte matrimonial i expulsar de casa la seva dona. La dona, en canvi, sotmesa en tot al varó, no podia fer el mateix.
La resposta de Jesús sorprèn a tots. No entra en les discussions dels rabins. Convida a descobrir el projecte original de Déu, que està per sobre de lleis i normes. Aquesta llei "masclista", en concret, s'ha imposat al poble jueu per la "duresa de cor" dels homes que controlen les dones i les sotmeten a la seva voluntat.
Jesús aprofundeix en el misteri original de l'ésser humà. Déu "els ha creat home i dona". Els dos han estat creats en igualtat. Déu no ha creat l'home amb poder sobre la dona. No ha creat la dona sotmesa a l'home. Entre homes i dones no ha d'haver-hi dominació per part de ningú.
Des d'aquesta estructura original de l'ésser humà, Jesús ofereix una visió del matrimoni que va més enllà de tot el que estableix la "duresa de cor" dels homes. Dones i homes s'uniran per "ser una sola carn" i iniciar una vida compartida en el mutu lliurament sense imposició ni submissió.
Aquest projecte matrimonial és per a Jesús la suprema expressió de l'amor humà. L'home no té cap dret a controlar la dona com si fos el seu amo. La dona no ha d'acceptar viure sotmesa a l'home. És Déu mateix qui els atrau a viure units per un amor lliure i gratuït. Jesús conclou de manera rotunda: "Allò que Déu ha unit, que l'home no ho separi".
Amb aquesta posició, Jesús està destruint d'arrel el fonament del patriarcat sota totes les seves formes de control, submissió i imposició del varó sobre la dona. No només en el matrimoni sinó en qualsevol institució civil o religiosa.
Hem d'escoltar el missatge de Jesús. No és possible d’obrir camins al regne de Déu i la seva justícia sense lluitar activament contra el patriarcat. Quan reaccionarem en l'Església amb energia evangèlica contra tant abús, violència i agressió del varó sobre la dona? Quan defensarem la dona de la "duresa de cor" dels varons?
CONTRA O PODER DO HOME
José Antonio Pagola.Traduciu:Xaquín Campo
Os fariseos exponlle a Xesús unha pregunta para polo a proba. Esta vez non é unha cuestión sen importancia, senón un feito que fai sufrir moito ás mulleres de Galilea e é motivo de vivas discusións entre os seguidores de diversas escolas rabínicas: "Élle lícito ao home divorciarse da súa muller?".
Non se trata do divorcio moderno que coñecemos hoxe, senón da situación en que vivía a muller xudía dentro do matrimonio, controlado polo home. Segundo a lei de Moisés, o marido podía romper o contrato matrimonial e expulsar de casa á súa esposa. A muller, pola contra, sometida en todo ao home, non podía facer o mesmo.
A resposta de Xesús sorprende a todos. Non entra nas discusións dos rabinos. Invítaos a descubriren o proxecto orixinal de Deus, que está por cima de leis e normas. Esta lei "machista", en concreto, impúxose no pobo xudeu pola "dureza de corazón" dos homes que controlan ás mulleres e sométenas á súa vontade. Xesús profunda no misterio orixinal do ser humano. Deus "creounos home e muller". Os dous foron creados en igualdade. Deus non creou ao home con poder sobre a muller. Non creou á muller sometida ao home. Entre homes e mulleres non pode haber dominación por parte de ninguén.
Desde esta estrutura orixinal do ser humano, Xesús ofrece unha visión do matrimonio que vai máis aló de todo o establecido pola "dureza de corazón" dos homes. Mulleres e homes uniranse para "seren unha soa carne" e iniciaren unha vida compartida na mutua entrega sen imposición nin submisión.
Este proxecto matrimonial é para Xesús a suprema expresión do amor humano. O home non ten dereito algún para controlar á muller coma se fose o seu dono. A muller non ten de aceptar vivir sometida ao home. É Deus mesmo quen os atrae a viviren unidos por un amor libre e gratuíto. Xesús conclúe de xeito rotundo: "O que Deus uniu, que non o separe o home".
Con esta posición, Xesús esta destruíndo de raíz o fundamento do patriarcado baixo todas as súas formas de control, sometemento e imposición do home sobre a muller. Non só no matrimonio senón en calquera institución civil ou relixiosa.
Temos de escoitarmos a mensaxe de Xesús. Non é posíbel abrirmos camiños ao reino de Deus e á súa xustiza sen loitarmos activamente contra o patriarcado. Cando reaccionaremos na Igrexa con enerxía evanxélica contra tanto abuso, violencia e agresión do home sobre a muller? Cando defenderemos á muller da "dureza de corazón" dos homes?      eclesalia.net